Insisto, esta no es una tradición totalmente importada... y es que por estos lares ya se hacían para la Noche de Ánimas unos disfraces la mayoría de las veces con esa tela de saco, la arpillera, y máscaras caseras, como muchas fotografías y otras reproducciones nos cuentan de la historia. Desde luego la primera que se resistía a cambiar la seriedad del día (acostumbrada a procesiones con farolillo, flores y lágrimas en cementerios) por noche de risa y caramelos.. hasta que la casa se llena de infancia, entonces me di cuenta que disfrazarse e ir de casa en casa mostrando un recipiente a llenar de dulce a cambio de no dar un "mal susto", es mucho más divertido, que las ánimas no creo que sufrieran por nuestra alegría y que las cosas no hay que tomarlas como una falta de respeto ni mucho menos, pues tal hecho se lleva en el corazón y prefiero celebrar los buenos recuerdos que anclarme en las malas sensaciones, que pesan como bola y cadena en fantasma malhumorado.
Te deseo una noche que incline tu balanza aún más hacia los buenos ratos...
¡Besitos de cidra!