Brevas rojas en almíbar picante de anís, canela y nuez moscada

LLega el verano, dulces frutas, jugosas, refrescantes, de propiedades maravillosas para la salud y el bienestar en esta época estival...

El fin de semana estuvimos en Murillo de Gállego, allá en el prepirineo, cerquita de Ayerbe y de los majestuosos Mallos de Riglos... Nos acompañó un clima reconfortante, ese tan rico de día y de manta compartida en la noche...

Las higueras estaban ya cuajaditas de rechonchas y turgentes brevas que al reflejo del agua en sus hojas evitaban la cercanía de los piquitos traviesos de los pajarillos... Amenazando caer en la siguiente jornada que se envolviera de enfurecido aire, decidimos hacer de humildes recolectores, mi pequeña sobre mis hombros tomaba con cuidado el regalo que de la rama pendía... y así, poco a poco, las manos iban y venían con mimo y reverencia escondiéndose entre las grandes hojas y apareciendo con el preciado tesoro...

Tanta cantidad traje a casa que me encapriché en endulzar especiando parte de estas maravillosas brevas...El secreto de que en la boca sea su sabor tan irresistible que los párpados nieguen la vista para así ceder el mando al gusto, se llama cariño...

Ingredientes 

25-30 Brevas
1 rama de canela abierta
3 piezas anís estrellado
Nuez moscada
Pot-pourri de pimientas
1 Kilo de azúcar
Agua de buena calidad

Preparación:

 

Lava con cuidado las brevas en un recipiente grande lleno de agua, escúrrelas. 

Hierve en una olla grande una buena cantidad de agua y echa despacio las brevas dándoles un hervor removiendo suavemente. 
Retira y escurre dejándolas enfriar.

Desecha el agua del primer hervor, limpia la olla y pon el azúcar y agua que cubra el azúcar dos dedos en horizontal sobre el nivel del azúcar. Ponlo a hervir y cuando el azúcar se haya disuelto añade la rama de canela abierta y los anises estrellados.

Haz un pequeño corte en la base de cada breva y ponlas en la olla con el agua-azúcar especiada. Hierve removiendo con mucho cuidado de vez en cuando hasta que reduzca y apenas quede jugo, el que quede tendrá la fluidez de la miel clara ( por eso se llama almíbar miel).

Cuando deje de hervir añade las pimientas molidas y la nuez moscada, pero sólo un poquito de cada, le dará ese punto picante exquisito...

Remueve con sumo cuidado y deja toda la noche en esa olla, o hasta que estén complétamente frías. Ahora puedes envasarlas cubriendo hasta arriba el bote del almíbar. Si quieres conservarlas aplícales baño María y luego deja enfriar los botes boca abajo...

Besos en almíbar de verano...